Recuperación de Alma

La Recuperación de Alma es una técnica ancestral que se origina en el chamanismo siberiano. Con ella, lo que se busca es integrar al paciente con una parte o partes de sí mismo que están "perdidas". Esta técnica ha sido retomada y adaptada a los tiempos y circunstancias actuales por antropólogos, terapeutas y expertos en chamanismo moderno. En este artículo te cuento qué es y te acerco algunas claves para que puedas evaluar si te resultaría apropiada.

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¿A qué nos referimos cuando hablamos de “alma” desde esta mirada ancestral?

Distintas tradiciones desarrollaron conceptos muy diversos acerca del alma. Aquí diremos que el alma es un conjunto de cualidades que posee una persona, todas aquellas que son útiles para vivir plenamente su camino. Es como cuando hablamos de la “parte más sabia” o “versión más auténtica” de uno mismo.

La llegada a este mundo y los primeros años de vida son momentos clave para que ese conjunto de cualidades pueda consolidarse y enraizarse en la experiencia material. Si la persona atraviesa circunstancias (ya sea momentos puntuales o épocas) que causan gran dolor, profundo temor o cualquier forma de alarma, el alma puede experimentar una crisis y “llegar a la conclusión” de que la existencia física no es segura, que no se podrá cumplir con el propósito de estar aquí, y que es más prudente regresar a la fuente universal de donde proviene todo y donde las almas están libres de condicionamientos y dolores.

Con el correr del tiempo, el conjunto de cualidades y atributos de esta persona se irán estabilizando hasta que, alrededor de los 6 años, logren enraizarse plenamente. Durante todo este tiempo –es decir, desde la concepción hasta los 6 años–, puede ocurrir lo que llamamos “pérdida de alma”: si se da esa crisis que mencionamos antes, alguna de las cualidades o atributos del alma se separará del conjunto (que no está aún consolidado y estable), perdiéndose –desconectándose, para ser precisos: esta cualidad no se pierde para siempre, sino que queda separada, desconectada, y resulta imposible acceder a ella. 

Muchas, muchísimas personas en nuestra sociedad actual, han sufrido pérdidas de alma. Nuestra sociedad está llena de experiencias y tendencias que pueden causar los traumas y heridas que las originan. Hay algunos “síntomas” que son frecuentes en situaciones de pérdida de alma:

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• Sensación de estar incompleto

• Insatisfacción

• Fracasos sistemáticos

• Lagunas de memoria (sobre todo sobre la niñez)

• Incapacidad para el desapego

• Angustia, tristeza, por etapas prolongadas

• Bloqueos, miedos

• Falta de conexión con la vida

• Deseo de muerte

• Falta de enraizamiento

• Síntomas físicos sin diagnóstico

• Adicciones

• Despersonalización

• Evasión de la realidad con distractores

• Pérdida de vitalidad/pasión

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Es importante aclarar algo: no siempre que observamos uno de estos síntomas estamos en presencia de una “pérdida de alma”. Pero, si hay varios de ellos, será apropiado un acercamiento mediante una experiencia exploratoria. Si se verifica la pérdida, lo ideal es avanzar hacia una Recuperación de Alma.

¿En qué consiste la Recuperación de Alma?

Los recuperadores nos hemos entrenado en esta técnica, combinando diversas disciplinas y metodologías. A través de una experiencia de expansión de conciencia –como lo hacen los chamanes siberianos–, el recuperador “viaja” al plano de existencia donde se encuentra el alma, busca hasta encontrar aquello que se perdió, y lo trae de vuelta para reintegrarse a la totalidad de conciencia que es la persona.

A través de una serie de encuentros, el recuperador:

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1. generará las condiciones necesarias para que la Recuperación pueda ocurrir,

2. irá a buscar esas “partes perdidas” para que vuelvan a integrarse a la persona,

3. acompañará a la persona a propiciar el adecuado enraizamiento de esas partes y la consolidación de una nueva “versión de sí misma”, más completa y plena.

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Los resultados esperados en una Recuperación de Alma incluyen:

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• el inicio de una nueva etapa en nuestra vida,

• sensaciones, emociones e ideas nuevas,

• cambios en el entorno (personas que se van, otras que llegan),

• una sensación de integración entre lo que antes estaba separado,

• una nueva manera de vincularnos con nuestras heridas y dolores,

• una conexión más intensa y vívida con nuestra misión de vida..

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Por supuesto, para que esto pueda suceder, es necesario que el paciente se involucre con la terapia, dedicando tiempo y energía al proceso de sanación.

En la metodología que he diseñado, es posible vivenciar tu Recuperación de Alma tanto de forma presencial como a distancia, a través de una serie de sesiones personales. Abajo te cuento más.​

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